sábado, 1 de marzo de 2014

RESUMEN SEMANAL de NOTICIAS - 21/28 Feb 14.


 

COMENTARIOS GENERALES:

CEE “Santa Romana” 

Nuevamente, esta semana las noticias principales de todos los niveles provienen del exterior. Por un lado, se multiplican los pronósticos internacionales ominosos respecto de nuestra situación nacional. En ese sentido, no son pocos los que comparan nuestro derrotero con el de Venezuela.

Objetivamente, se puede decir al respecto que hay coincidencias; pero, también, que las diferencias son notables. Si bien, en las calles de nuestro país, comienza a vivirse un clima de creciente conflictividad. La Argentina carece de un líder importante que se ponga frente a ellas, como es el caso de Leopoldo López o Henrique Capriles y que pueda capitalizarlas políticamente. 

Por otro lado, nuestro gobierno –sin llegar a los excesos venezolanas- ha cambiado su paradigma de “no criminalizar la protesta” y ha comenzado a reprimir a las más bizarras y extremas. Por el contrario, está dando crecientes muestras de realismo económico con medias ortodoxas, giro que Caracas no ha intentado aún.

En lo regional, Venezuela se erige como el primer problema que concita la atención, tanto  regional como internacional. La situación aunque no parece haber quedado totalmente fuera de control por parte del gobierno. Como fue el caso de Ucrania, pero Caracas está lejos de tener una solución aceptable, al menos en lo inmediato. Al contrario de lo ocurrido con el país euroasiático, no se advierte en ninguno de nuestros sistemas regionales de alianzas (OEA, UNASUR) ni en los principales líderes de la región (especialmente de Argentina y de Brasil) una voluntad por ocuparse de la crisis. Más allá de retoricas muestras de apoyo y de llamados a la concordia. Aunque no puede descararse del todo la presión que pudiera ejercer los EE.UU., incluidas sanciones económicas. Pero, la unidad y el rol de las fuerzas armadas venezolana siguen siendo los elementos clave del asunto.

En lo internacional, el conflicto ucraniano parece estar lejos de una solución, al escalar Rusia el mismo con la amenaza de diversas medidas de corte intervencionistas. Si las más extremas de ellas se materializaran, no creemos como probable una reacción enérgica por parte de los EE.UU. ni de la Unión Europea. Ya que ambos aceptan que Rusia, en definitiva, está operando en su área de influencia más próxima. Sin embargo, hay que prestarle atención a una posible intransigencia por parte de Alemania. Ya que como hemos explicado en otros RSN, Berlín está lejos de las políticas de neutralidad y de abstinencia que la caracterizaron en el pasado.  



ANÁLISIS DESTACADOS:

 

El peligro de quedarse afuera.



 http://opinion.infobae.com/pascual-albanese/2014/02/25/el-peligro-de-quedarse-afuera/

El vigésimo aniversario de la entrada en vigencia del NAFTA, rubricado con una reunión cumbre de “Líderes de Norteamérica” entre el presidente estadounidense Barack Obama, el primer ministro canadiense Stephen Harper y el mandatario mexicano Enrique Peña Nieto, en la ciudad azteca de Toluca, puso de relieve las transformaciones impulsadas desde la firma de aquel tratado, que fue el punto de partida de un proceso de integración que recorre hoy América Latina y golpea las puertas del Mercosur.

 

La aprobación del NAFTA, impulsada en Estados Unidos durante la administración de Bill Clinton y en México durante la presidencia de Carlos Salinas de Gortari, implicó una dura prueba política en ambos países. Clinton logró la ratificación parlamentaria del acuerdo gracias al apoyo de los republicanos, ya que la división de la bancada demócrata hacía imposible esa homologación. En México, la oposición de izquierda del Partido Revolucionario Democrático (PRD), unida a un sector del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), se movilizó para frenar el tratado. Sólo la firme voluntad política de los dos presidentes permitió remover los obstáculos.

 

En veinte años de aplicación, el tratado modificó la estructura económica de sus tres signatarios. No sólo representó un incremento exponencial de su intercambio comercial, que se multiplicó por cuatro, sino también una integración de sus estructuras productivas. En los hechos, la economía norteamericana configura hoy una unidad sistémica, constituida por un mercado unificado de 490 millones de consumidores con un producto bruto regional de 19 trillones de dólares anuales.

 

El acuerdo posibilitó quintuplicar el comercio entre Estados Unidos y México, casi el doble de lo que aumentó, en ese mismo lapso, el intercambio estadounidense con otros países. El 73% de las exportaciones mexicanas van al mercado estadounidense. A la inversa, Canadá y México, en ese orden, son los principales destinos de las exportaciones estadounidenses. El tercer lugar lo ocupa China. En volumen, México es el tercer socio comercial de Estados Unidos y Canadá.

 

El NAFTA es la zona de libre comercio más importante del mundo. Estados Unidos es la primera economía mundial, Canadá la novena y México la onceava. Cada día, entre Estados Unidos y Canadá hay un intercambio de alrededor de 2.000 millones de dólares y entre Estados Unidos y México de unos mil millones de dólares.

 

Al mismo tiempo, el convenio multiplicó las inversiones estadounidenses en Canadá y México y alentó la radicación de firmas canadienses y mexicanas en Estados Unidos. Hay 310 billones de dólares invertidos por compañías estadounidenses en Canadá y 200 billones de dólares de corporaciones canadienses en Estados Unidos. México también recibió una oleada de inversiones estadounidenses. La reforma energética impulsada por el gobierno de Peña Nieto permite augurar un alud de inversiones de las compañías petroleras estadounidenses para la explotación del petróleo mexicano.

 

Esa ola de inversiones recíprocas motorizó la integración entre las cadenas productivas de los tres países. En cada dólar exportado desde México a Estados Unidos, hay 40 centavos de insumos estadounidenses. Por cada dólar exportado desde Canadá a Estados Unidos, esa participación es de 25 centavos. Para establecer una comparación, vale decir que las exportaciones chinas a Estados Unidos tienen una participación de insumos norteamericanos de sólo cuatro centavos por dólar.

 

El ALCA por otros medios.

 

En la era de la globalización, el NAFTA fue el primer tratado de libre comercio suscripto entre una economía desarrollada y un país subdesarrollado. Representó un leading case en relación a la viabilidad de acuerdos de integración entre naciones con desiguales grados de desarrollo. Esa originalidad, que hace rato dejó de serlo, fue uno de los reparos surgidos en los tres países.

 

México estableció luego un acuerdo similar con la Unión Europea y tiene ya celebrados convenios de ese tipo con 44 países, lo que lo erige hoy en una de las economías más abiertas del mundo. Su experiencia abrió el camino en América Latina para los acuerdos bilaterales de libre comercio que Estados Unidos puso en marcha en los últimos años. Para Estados Unidos, el NAFTA constituyó el punto de partida para una estrategia de integración económica con América Latina, que Clinton intentó llevar a su máxima expresión con la propuesta de la Alianza de Libre Comercio de las Américas (ALCA), enterrada en 2005 en la recordada cumbre presidencial hemisférica de Mar del Plata.

 

El fracaso del ALCA llevó a George W. Bush a ensayar una estrategia gradualista, que dio mejores resultados. Desde entonces, Estados Unidos estableció tratados de libre comercio con el Mercado Común Centroamericano, Chile, Perú y Colombia. Fue lo que sus críticos definieron como “el ALCA por otros medios”.

 

La apertura de las economías latinoamericanas posibilitó luego el lanzamiento de la Alianza del Pacífico, una propuesta de integración regional motorizada precisamente por México y que contó con el rápido consentimiento de Chile, Perú y Colombia y la posterior adhesión de Costa Rica. No es casual que este flamante bloque, que en los hechos compite con el Mercosur en materia de comercio internacional y de atracción de inversiones extranjeras, esté integrado por los tres países sudamericanos que tienen acuerdos de libre comercio con Washington.

La prioridad asiática.

 

Pero la cumbre de Toluca reflejó cabalmente la prioridad asiática que caracteriza a la nueva estrategia estadounidense. El centro de las conversaciones fue la conversión del NAFTA en un puntal del Acuerdo Transpacífico, que uniría a la economía norteamericana con un grupo de países asiáticos, encabezados por Japón, e incluye asimismo a Centroamérica, Chile, Perú y Colombia. Dicha entente comercial reemplazaría al NAFTA como la más importante del mundo, al menos hasta que se concrete un tratado de libre comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea, cuya materialización, aunque no inmediata, está más cerca que lo que muchos suponen.

Luis de la Calle, ex negociador mexicano en las tratativas del NAFTA, explicó con precisión por qué para Estados Unidos “la competencia con Asia tiene que pasar por el NAFTA”. Subrayó que, por los costos de producción, las empresas automotrices estadounidenses “difícilmente puedan vender en China un auto fabricado en Michigan pero sí un vehículo fabricado en México”. Ese ejemplo puede multiplicarse.

 

Estos avances en el NAFTA, la Alianza del Pacífico, la negociación para el Acuerdo Transpacífico y las conversaciones para un tratado de libre comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea reflejan una fuerte aceleración de la tendencia estructural hacia la globalización de la economía mundial y contrasta con la parálisis del Mercosur, agravada por la crisis política de Venezuela, el más reciente y problemático socio del bloque comercial sudamericano.

 

Las consecuencias de esa parálisis comienzan a ser advertidas por los sectores más influyentes del empresariado brasileño, que alerta contra el peligro de un “desvío de exportaciones”: los países que profundizan su integración tienden a aumentar su comercio recíproco, en detrimento de los que permanecen más aislados. En ese escenario, en términos de mediano y largo plazo, salvo en el rubro agroalimentario, las exportaciones industriales brasileñas tienden a desaparecer. Fácil es presumir que Brasil está en vísperas de un “giro copernicano”. La Argentina está obligada a seguir atentamente la rápida evolución de estos acontecimientos regionales, porque, como decía Perón, “en política, el que no tenga cabeza para prever, deberá tener espaldas para aguantar”.

 



http://www.cronista.com/3dias/-Australia-el-pais-que-la-Argentina-decidio-no-ser-20140221-0010.html

 

Exportadora de materias primas, la economía australiana comparte, a primera vista, muchas semejanzas con la argentina. En una crónica desde Sidney, el periodista y economista Tomás Bulat pone en evidencia las diferencias y describe cómo el modelo de integración al mundo convirtió al lejano país de Oceanía en una potencia global.

 

Tengo que reconocer que llegué con mucha expectativa a Australia. Un país lejano en distancia, con características tan parecidas, pero con historias tan distintas a la Argentina. Muchas veces nos comparamos y nos comparan: cómo se puede tener destinos tan distintos con comienzos tan iguales.

Primero vamos a los datos duros, para aquellos que los quieran refrescar. Australia es enorme, tiene más de 7,7 millones de kilómetros cuadrados, pero la mayor parte es absolutamente inhabitable, siendo un desierto enorme. Tiene apenas 22 millones de habitantes y un PBI per cápita de casi u$s 65.000 por año. Exporta por u$s 264.000 millones e importa por otro tanto. Su PBI total es u$s 1,4 billones, es decir, tres veces el PBI de la Argentina.

El arribo

La primera impresión es que llegás a un país desarrollado. El de Sidney es un enorme aeropuerto, con muchos aviones, incluido el Airbus 380, el más grande del mundo. Para ir al centro de la ciudad, como corresponde, se usa principalmente el tren que llega al aeropuerto. Es decir, se usa el transporte público. Hay que acordarse aquello de que "un país desarrollado no es aquel donde el pobre puede comprarse un auto, sino aquel donde el rico usa el transporte público".

Voy a comprar el ticket y viene el desmayo. Para ir al centro, cada pasaje cuesta 17 dólares australianos. Es decir 16 dólares americanos (cada uno lo pasa a pesos al tipo de cambio que quiera). Como me queda más tiempo, averiguo para comprar un pase semanal que me permite viajar ilimitado en tren, colectivos y ferrys por los siete días. Como lo compro en el aeropuerto, me cuesta 81 dólares australianos (73 americanos). La cobertura es hasta unos 60 Km de Sydney.

Obviamente, el transporte público es caro, pero miren la diferencia: usarlo una sola vez es carísimo, pero si lo necesitas usar mucho, es bastante más barato. Desciendo al tren a una estación que me dice en cuántos minutos viene, qué estaciones son las siguientes y los dos próximos trenes que vienen. Llega un tren de dos pisos, con asientos de napa, aire acondicionado, silencioso, y con espacio para valijas. Todos sentados y allá vamos: 25 minutos después, arribamos al pleno centro de Sydney.

Postales de la ciudad

Llego a donde están las fotos obligadas del turista típico, el célebre Sydney Harbour, donde está la Opera con su techo en forma de hojas. También resalta el famoso puente que cruza la bahía, una construcción de acero colgante que tiene 130 metros de altura. Fue inaugurado en 1932, mientras que la Opera comenzó a edificarse en 1957 pero recién quedó terminada en 1973. Se trata de un lugar amplio, con mucho movimiento, pero silencioso a la vez. Se destacan la cantidad de jóvenes y la diversidad cultural, ya que uno se encuentra con europeos, orientales e indios por todos lados, conviviendo naturalmente.

Al turismo, así como en los ‘80 lo hicieron los japoneses, hoy lo dominan los chinos. De a miles, con cámaras, con guías, es notable la cantidad que se encuentran en Australia. En este país se ve, y se siente, la importancia de China en el mundo.

A diferencia de otras ciudades -Buenos Aires, por ejemplo-, Sidney es una ciudad construida mirando a la bahía. Se combinan la preservación de edificios históricos con modernos muy bien ensamblados. En cuanto a los autos, todos lucen nuevos y con el volante del lado equivocado, confirmando su descendencia inglesa. Pensé, de hecho, que iba a encontrar mucha influencia británica, pero no fue más que un prejuicio. Australia tiene una historia inglesa, pero un futuro vinculado a Asia. Muchas veces, supuse que Australia pivoteaba entre Occidente y Oriente. No es así. El país tiene sus principales vínculos con Asia y esos son los que hoy mandan. Se puede afirmar que Australia ya tiene su propia identidad. No reniega de sus orígenes, pero tampoco de su futuro.

Me habían dicho que Australia era cara y tienen razón. Por estos días, hay un debate sobre el valor del dólar australiano que históricamente estaba a 75/80 centavos de dólar americano y ahora está a 0,92, lo que está trayendo problemas y discusiones en la economía local.

El poder de los commodities

Otro debate caliente, durante mi estadía, tuvo que ver con el sector automotriz, ya que Toyota decidió retirarse de la fabricación de automóviles en Australia. Anunció que, en 2017, dejará de producir en el país. Esta decisión en realidad es la última de una continuidad, ya que GM (Holden, en estos pagos) también anunció, meses atrás, que cerraba su fábrica. Y Ford lo hará en 2016. Es decir que para 2017 Australia dejará de fabricar automóviles.

Para que tengan una dimensión, el mercado automotriz en Australia el año pasado fue de 1,2 millones de autos. Pero se produjeron en total unos 180.000 autos. Con lo cual, apenas un 15% del mercado es producción local, el resto es importado. El debate político al respecto es muy intenso. Mientras que el Partido Laborista -hoy oposición- se muestra muy crítico con el Gobierno liberal por dejar cerrar esas plantas, desde el oficialismo argumentan que Australia no tenía por qué mantener una industria que ya no funciona en el país y que en otros tiempos era subsidiada por gobiernos laboralistas

Los aussies tienen salarios muy altos y un mercado muy chico para mantener de manera competitiva una industria automotriz. "No somos buenos haciendo autos, somos buenos produciendo minerales, energía, agricultura y servicios de alta calidad, no autos", sostienen a coro los australianos. Y agregan: “No hay que mantener lo que no somos buenos haciendo, tenemos que dedicarnos a hacer lo que mejor sabemos.”

Este concepto que comparte la mayoría de la sociedad australiana es difícil de asimilar para un argentino o un latinoamericano. Es culturalmente imposible que pensemos que no somos buenos haciendo algo. Que es mejor que otros lo hagan y que nosotros nos concentremos en lo que somos mejores. En ese sentido, Australia representa un choque cultural, porque ellos hacen todo lo contrario a lo que nosotros pensamos que hay que hacer. Su Secretario del Tesoro, Martin Parkinson, describió a Australia de la siguiente forma. "Somos un país grande en territorio, lejos de todos lados y con solamente 22 millones de habitantes. O nos abrimos al mundo y tenemos escala global o solo seremos chicos, solitarios y pobres", esgrimió.

Cuatro años atrás, en Gladstone, una ciudad de apenas 35.000 habitantes, cuyo puerto es uno de los principales en la exportación de carbón (se despachan unas 70 millones de toneladas de carbón por año) se descubrió gas entre el carbón. Por lo tanto, surgió la posibilidad de exportar gas licuado a Asia. El Gobierno abrió un parque industrial para promover el asentamiento de empresas a las que les interesaría instalar plantas de licuación de gas y exportarlos. En solo cuatro años, tres consorcios empresarios están construyendo plantas de gas licuado por un valor de inversión de u$s 22.000 millones cada una. Según cuentan en el lugar, el flamante parque industrial debería comenzar a exportar a fines del 2015 y ya tienen contratos firmados de compra por los próximos 20 años a potencias como China, Japón e India.

Las cifras ayudan a poner en perspectiva el flujo de inversiones en la Argentina. Cuando se habla de una inversión de u$s 1.200 millones en Vaca Muerta por cinco años y uno ve que solo tres plantas en Australia representan más de u$s 60.000 millones, se toma dimensión de lo pequeño que es y discute la Argentina.

Desafíos

¿Es todo perfecto, entonces? Está claro que la respuesta es no. De hecho hay un gran debate económico en camino. Una pelea con el Fondo Monetario Internacional (FMI) presenta dos frentes: por un lado, el Gobierno tiene un déficit fiscal creciente y quiere reducirlo, pero para ello cortaría gastos que podrían enfriar la economía, algo lo que el FMI... ¡se opone!. Y por otro lado, el Gobierno quiere eliminar un impuesto al carbón y muchos aquí se quejan por el impacto ecológico que tendría la medida.

En Australia, coexisten puntos de vista diferentes respecto al medio ambiente, pero todos tienen algo muy claro: la única oportunidad que tiene el país de ser rico es abriéndose al mundo. Y esa apertura los obliga a ser cada vez más competitivos, a ser cada vez mejores.

Después de los países de Asia y de Suecia, son el mejor resultado de las prueba PISA. La educación es gratuita, pero muy exigente. Para entrar en la universidad, que las hay muy buenas, es obligatorio aprobar un duro examen al final del secundario.

Basta con prender la televisión para ver como los contenidos pasan por cómo promover la forma de hacer negocios, cómo ser cada vez más competitivos y cómo aprovechar el crecimiento de los asiáticos. Todos aquí miran fronteras afuera. Muchas de las personas con las que hablé trabajaron en China, India o Singapur. Y cada vez son más los que hablan alguna lengua asiática. Viajar por el mundo es casi una obligación. Al preguntar por América latina, dicen que, hoy, no es prioridad, pero que hay que dedicarle más tiempo. Y respecto a la Argentina, diplomáticamente dicen que “hay que hacer esfuerzos para acercarse”, pero que “para bailar el tango se necesitan dos”. Dejando entrever que hoy la Argentina no quiere bailar con nadie.

El resultado

Es un país que lleva la friolera de 22 años de crecimiento sostenido de su economía, con un promedio del 3% anual. No es un milagro, es el resultado de entender que el mundo es una oportunidad, pero que aprovecharla requiere esfuerzo y trabajo. Como bien dicen los australianos: “Nosotros no nos quedamos en describir los problemas, los enfrentamos y los solucionamos”.

Se trata de un pueblo que tiene su fuerte en los recursos naturales, principalmente mineros y energéticos. Y todos están orgullosos de eso. Son los mejores en eso. Tienen las mejores empresas y las quieren ver crecer por el mundo. Saben de su potencial y conocen sus debilidades. Pero, también, entienden que mejorar la calidad de vida de todos requiere sacrificio. Venir a conocer Australia es impactante, pero deja un poco el sabor amargo de ver lo que la Argentina hace muchos años decidió no ser.


NOTICIAS DESTACADAS de la SEMANA:

NOTA: Para acceder a las notas completas haga clic en los links que figuran en la parte inferior de cada una de ellas.

NACIONALES:


 

Llora por mí, Argentina.

Roger Cohen NEW YORK TIMES

http://www.nytimes.com/2014/02/28/opinion/28iht-edcohen28.html

 

Una ocurrencia que recorre los pasillos de la Sudamérica post-boom de los commodities dice que Brasil está en proceso de convertirse en Argentina, Argentina está en proceso de convertirse en Venezuela, y Venezuela está en proceso de convertirse en Zimbabwe. Eso es un poco duro para Brasil y Venezuela.

 

Argentina, sin embargo, es un caso perverso en sí mismo. Se trata de una nación todavía narcotizada por ese quijotesco brebaje político llamado peronismo; involucrada en una guerra total contra los datos económicos fiables; jugueteando con su tipo de cambio multinivel; excluida de los mercados de capitales globales; pisoteando los derechos de propiedad cuando lo desea; obsesionada con una pérdida pequeña guerra en las Malvinas hace más de tres décadas, y convencida de que la causa de todo este fracaso recae en los poderes especulativos que buscan forzar a una nación orgullosa -en palabras de su líder- "para volver a comer sopa de nuevo, pero esta vez con un tenedor " .

 

Hace un siglo, Argentina era más rica que Suecia, Francia, Austria e Italia. Era mucho más rica que Japón. Despreciaba al pobre Brasil como inferior. Vasta y vacía, con el suelo más rico del mundo en la Pampa, le pareció a los inmigrantes europeos que la inundaron que contaba con todo el potencial de los Estados Unidos (el ingreso per cápita es ahora un tercio o menos del norteamericano). Ellos no sabían que un coronel llamado Juan Domingo Perón y su esposa Eva (“Evita”) daría forma al "ethos" de un poder delirante.

 

"Argentina es un caso único de un país que ha completado la transición hacia el subdesarrollo", dijo Javier Corrales, politólogo de la Universidad de Amherst.

 

En términos psicológicos -y Buenos Aires está lleno de gente en sillones derramando su angustia a los psicoterapeutas- Argentina es, entre las naciones, el niño que nunca creció. La responsabilidad no era lo suyo. ¿Por qué debería serlo? Había tanto para ser saqueado, tantas riquezas en grano y ganado, que las instituciones sólidas y el imperio de la ley -por no hablar de un sistema de impuestos que funcionara - parecía una pérdida de tiempo.

 

Los inmigrantes llegaron a la Argentina con pasaportes extranjeros en lugar de ser absorbidos por el país como sucede en Brasil o Estados Unidos. Argentina estaba muy lejos en la parte inferior del mundo, una masa de tierra fértil lo suficientemente distante de los centros de poder para vivir sus propias fantasías periféricas o ahogar su pena en la que es probablemente la danza más triste (e hipnótica) del mundo. Luego, para dar expresión a su singularidad, Argentina inventó su propia filosofía política: una extraña mezcolanza de nacionalismo, romanticismo, fascismo, socialismo, conservadurismo, progresismo, militarismo, erotismo, fantasía, musical, desconsuelo, irresponsabilidad y represión. El nombre que se lo dio a todo esto fue peronismo. Ha resultado imposible de hacerlo cambiar.

 

Perón, el militar que descubrió el beneficio político que podría derivar de la creación de vínculos con los desposeídos de América Latina y la distribución de dinero en efectivo (una lección absorbida por Hugo Chávez), fue depuesto en el primero de los cuatro golpes de la posguerra. La Argentina que cubrí en la década de 1980 estaba emergiendo del trauma del régimen militar. Si tengo una sola imagen emblemática del continente, es de los sollozos incontrolables de las mujeres argentinas aferradas a las fotografías de los niños que habían sido arrebatados por los militares para un " breve interrogatorio ", sólo para desaparecer. Las Juntas militares de la región convirtieron "desaparecer " en un verbo transitivo. Es lo que hicieron con los que consideraban enemigos - 30.000 de ellos en Argentina.

 

Desde 1983, Argentina ha cesado su latigazo cívico-militar, juzgó a algunos de los autores de crímenes contra los derechos humanos y ha gobernado democráticamente. Pero la mayor parte de ese tiempo ha sido dirigido por los peronistas, más recientemente por Néstor Kirchner y su viuda, Cristina Fernández de Kirchner (reminiscente de la viuda de Perón, Isabel) , que han vuelto a descubrir la redistribución después de un aluvión peronista neoliberal en la década de 1990. El latigazo económico está vivo y en buena forma, al igual que el gasto imprudente en los buenos tiempos y las medidas fuera de la ley en los malos. También en saludable forma las evocaciones cursis de Perón y Evita e Isabel: En la tierra como en los cielos.

 

Llora por mí, mi nombre es Argentina y soy demasiado rica para mi propio bien.

 

Hace veinticinco años, me fui de un país de hiperinflación (5.000 por ciento en 1989), fuga de capitales, inestabilidad monetaria, intervencionismo estatal de mano dura, disminución de las reservas, la industria no competitiva, fuerte dependencia de las exportaciones de materias primas, algo que reaviva fantasías peronistas y un complejo de sentirse en el fondo del mundo. Hoy la inflación es alta y no híper. Fuera de eso, no mucho ha cambiado.

 

Cuando arribé a Ushuaia, en el extremo sur de Argentina, lo primero que vi fue un cartel diciendo que las islas " Malvinas" estaban bajo la ocupación ilegal por parte del Reino Unido desde 1833. Lo segundo fue un cartel diciendo que Irlanda se encontraba a 13.199 kilómetros de distancia (sin mención de Gran Bretaña). Lo tercero fue un paquete de galletas "hecho en Ushuaia, el fin del mundo". La cuarta era una calculadora de bolsillo utilizado por un comerciante para averiguar las tasas dólar-peso.

 

La esperanza es difícil de desterrar del corazón del hombre, pero tiene que ser dicho que Argentina hace todo lo posible para hacerlo.

¿Por qué la toma de tierras?


Fabio Quetglas (*) CLARIN



 


Resulta paradojal que luego de una década de insistente reivindicación de “la recuperación de la política”, un alto porcentaje de conflictos sociales no encuentren otro canal de expresión eficiente que la “acción directa”, demostrativa de la degradación de las capacidades de organización, planificación y mediación que todo Estado, en cualquier formato, debe tener.

En el caso de las tensiones urbanas, como las tomas de tierras, lo que además queda claro es la incomprensión de las Administraciones de los fenómenos que deben atender.

En el área metropolitana de Buenos Aires hasta los años 80, las oleadas de migrantes (internos y externos) y personas sin acceso a vivienda ocupaban espacios, ya sea irregularmente, ya sea a través de los famosos loteos que permitían pagar en cuotas el ansiado terrenito. Aunque muchas veces los loteos no gozaban de las condiciones ideales, el método era muy superior a lo que vino luego.

Ese modo de expansión urbana suponía varias cuestiones: los migrantes encontraban empleos para pagar sus lotes (y en especial empleo registrado), las municipalidades o la organización comunitaria prontamente los dotarían de servicios esenciales, las distancias se salvarán con un regular sistema de transporte cuyo costo podía ser soportado por el usuario. Una conjunción de motivos, entre los que debe destacarse significativamente la emergencia de countries y barrios cerrados en la periferia de Buenos Aires, han hecho que los espacios que recibían hasta los años 80 a los migrantes internos hoy estén ocupados con usos de suelo que sus propietarios entendieron más rentables y que ningún poder público se encargó de manera oportuna de “limitar, ordenar o regular adecuadamente”.

Si sumamos la inexistencia del crédito a mediano plazo, la informalidad laboral y la degradación del sistema de transporte, el cóctel para dar inicio a la “lucha por el suelo” está listo.

(*) Sociólogo investigador del CIPPEC. (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento).

 


REGIONALES:


 

Inquietante acercamiento del Uruguay a los kelpers.

Ana Gerschenson CRONISTA.COM

http://m.cronista.com/3dias/-Inquieta-el-acercamiento-de-Uruguay-a-los-Kelpers-20140221-0004.html

 

Un vuelo directo que comunique en dos horas y media Montevideo y Puerto Argentino, exportaciones de productos uruguayos a las islas y acuerdos por servicios de salud y turismo, son algunas de las iniciativas en las que trabaja un grupo de parlamentarios uruguayos, que viajó a las islas Malvinas -invitados por los kelpers- la semana pasada.

 

Seguida con inquietud por la Cancillería en Buenos Aires, los diputados nacionalistas Jaime Trobo y Daniel Mañana, el legislador colorado Fitzgerald Cantero e Iván Posada, del Partido Independiente, prometieron en una conferencia de prensa en el archipiélago que se concentrarán políticamente en profundizar los lazos comerciales entre los uruguayos y los kelpers.

 

La delegación tuvo una baja formal de último momento. Y es que el diputado por el oficialista Frente Amplio, Jorge Pozzi, decidió no abordar el avión a Malvinas, por una orden política del Gobierno de José “Pepe” Mujica. El presidente uruguayo no quiso que el viaje fuera visto como un cambio en la postura de apoyo al reclamo de soberanía argentino sobre el archipiélago y, fundamentalmente, no quiso enojar a Cristina Kirchner, con quien busca recuperar una relación ya dañada. Sin embargo, el diputado Pozzi, aseguró que acató una decisión con la que no está de acuerdo, "porque que Uruguay profundice relaciones con las islas no afecta el reclamo argentino".

 

"Las islas Malvinas son una gran oportunidad para Uruguay", dijo Trobo, al regresar esta semana del archipiélago. Y precisó el objetivo político: "Las islas tienen un espíritu de autonomía, de gestión propia, y buscan sustituir su dependencia de Gran Bretaña por un punto de referencia más cercano. Montevideo, que es la capital más austral de América, podría ser ese punto de contacto". El 87% de los productos que importa Malvinas proceden de Reino Unido, un 7 % proviene de Chile y sólo un 4 % de Uruguay.

 

Además, para los legisladores uruguayos también se abre un mercado laboral. En Malvinas trabajan 300 chilenos en la industria petrolera que desarrollan los isleños unilateralmente, sin la anuencia del gobierno argentino. Y la propuesta malvinense es que se sume mano de obra uruguaya, necesaria para la explotación de hidrocarburos que la isla planea comenzar el año próximo.

 

Hasta ahora, los malvinenses se proveen de alimentos frescos y otros servicios desde Chile, aunque debido a que los aviones deben atravesar espacio aéreo argentino, sólo está autorizado un vuelo semanal a las islas. La Presidente Kirchner había propuesto públicamente que Aerolíneas Argentinas conecte Buenos Aires con Puerto Argentino, pero los kelpers rechazaron esa posibilidad por su aversión a un acercamiento al continente argentino.

 

Una conexión con Montevideo para los kelpers cambiaría la vida de las islas. No sólo porque el viaje a Santiago de Chile, contando las conexiones, se reduciría de 10 horas promedio a dos horas y media. Lo más importante es que ya no sería necesaria la autorización argentina, por lo que podrían intensificarse las rutas aéreas.

 

En Uruguay crece el malestar con el gobierno argentino. Esta semana, el presidente del Partido Independiente, y ex candidato presidencial, Pablo Mieres, propuso directamente que Uruguay, perjudicado por las restricciones a las exportaciones que impuso el gobierno kichnerista, presione a la Argentina con Malvinas. "Uruguay debió amenazar con modificar su posición con respecto a los buques con bandera de Malvinas, con otra exigencia ante un gobierno que lo único que ha hecho es dañarnos últimamente", aseguró al diario El País.

 

Esta semana, la consultora uruguaya Factum, publicó un estudio a nivel nacional sobre el debate Malvinas en la sociedad del país vecino. El sondeo refleja una disyuntiva: el 55% de la población sostiene que su país debe apoyar el reclamo de soberanía argentino, pero también expresa su deseo de intensificar las relaciones con las islas. La estrategia de la década kirchnerista ha sido aislar a los kelpers para forzar el diálogo con Londres sobre soberanía. Y sólo la posibilidad de un vuelo Montevideo-Puerto Argentino destruye la estrategia por los aires, en tiempos de cortocircuitos permanentes con Uruguay.

 

¿Cómo sigue Venezuela?


María Anatasia O´Grady THE WALL STREET JOURNAL


http://online.wsj.com/article/SB10001424052702304610404579401651493742892.html?dsk=y

Los venezolanos que buscan un cambio enfrentan grandes probabilidades en su contra. El derramamiento de sangre en Caracas en los últimos 12 días trae a colación la Cumbre de las Américas de 2009, realizada en Puerto España, Trinidad y Tobago, en la que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, saludó al dictador venezolano, Hugo Chávez, con una gigantesca sonrisa y un caluroso apretón de manos. Un par de meses después, el Departamento de Estado intentó obligar a Honduras a reinstalar en el poder al presidente pro Chávez Manuel Zelaya, quien había sido depuesto por violar la Constitución.

Los ceños se fruncieron en América. ¿Por qué el presidente estadounidense favorecía al dictador venezolano y protegido de Fidel Castro en desmedro de Honduras, un país que mantenía un estado de derecho, la libertad de prensa y el pluralismo?

El miércoles pasado, después de confirmarse que los secuaces armados del gobierno venezolano habían asesinado a cuatro estudiantes mientras participaban en manifestaciones pacíficas, Obama tomó nota y calificó la brutalidad de “inaceptable”. Tiene que haber sido un mensaje reconfortante en medio de los disparos y las palizas en las calles de Caracas.

Esa misma noche, el gobierno de Nicolás Maduro, el sucesor elegido a dedo por Chávez, desató una ola de terror en todo el país. Según los blogs venezolanos y las publicaciones en Twitter, la Guardia Nacional y la policía dispararon sus armas en forma indiscriminada, golpearon a civiles, allanaron presuntos escondites de los estudiantes, destruyeron propiedad privada y lanzaron gases lacrimógenos. Milicias civiles en motocicletas se sumaron al pandemónium. Los informes llegaron desde Valencia, Mérida, San Cristóbal, Maracaibo, Puerto Ordaz y otras ciudades, además de la capital.

Venezuela envía 100.000 barriles de petróleo al día a Cuba y, a cambio, la inteligencia cubana está a cargo del aparato de seguridad venezolano. A los cubanos les preocupa perder acceso al crudo si su hombre en Caracas es derrocado. El líder opositor venezolano, Leopoldo López, que encabeza el partido Voluntad Popular, pasó varios años forjando una red de jóvenes reclutas en todo el país. Los disturbios de la semana pasada son un testamento de esa organización y la razón por la que López, de 42 años, está tras las rejas.

La Unión Europea ha presionado al gobierno de Ucrania a alcanzar un compromiso con la oposición. Pero los venezolanos no han recibido esa clase de ayuda de parte de sus vecinos. Solamente Colombia, Chile y Panamá han criticado la represión del gobierno. El resto del hemisferio ni siquiera muestra un interés pasajero en las violaciones a los derechos humanos cuando las comete la izquierda. La Organización de Estados Americanos tiene, supuestamente, que defender las libertades civiles, pero desde que el político socialista chileno José Miguel Insulza asumió el mando en 2005, la OEA ha acumulado un historial vergonzoso como cómplice de Cuba.
Los venezolanos que buscan un cambio enfrentan grandes probabilidades en su contra. Las muchedumbres en las calles de Caracas en los últimos días no han sido significativamente mayores que las de manifestaciones de años previos, incluyendo las de 2002, cuando una marcha en Caracas estuvo a punto de derrocar a Chávez.

En esta ocasión, la represión ha sido feroz. Aparte de los heridos y los muertos, cientos de personas han sido detenidas y no sería de extrañar que muchas de ellas recibieran largas sentencias. Maduro necesita chivos expiatorios para la violencia que ha desatado. El comisario Iván Simonovis, el ex secretario de Seguridad de la Alcaldía Metropolitana de Caracas, ha sido prisionero político desde 2004.

Chávez lo obligó a asumir la culpa por las 17 personas asesinadas en la insurrección de abril de 2002, a pesar de que los videos muestran que los disparos vinieron de francotiradores chavistas. Las fotos del otrora saludable policía, que lo muestran frágil y enfermo debido a las condiciones inhumanas de su prolongado encarcelamiento, son escalofriantes.

Otro problema es la división al interior de la oposición. Henrique Capriles, el gobernador del estado de Miranda, representaba una coalición amplia de partidos antichavistas cuando se postuló a la presidencia en 2013. Pero cuando reconoció el triunfo de Maduro pese a la existencia de evidencia sólida de que la elección había sido robada, López y otros opositores rompieron filas con Capriles.

Los estudiantes también se han visto afectados por un bloqueo de las comunicaciones. El gobierno controla todas las ondas radiofónicas. Cuando surgió la violencia, obligó a los proveedores de satélite a dejar de mostrar el canal colombiano de noticias NTN. El servicio de Internet se interrumpió en muchos lugares.

Además, conseguir el apoyo de los más pobres para un cambio de régimen político no es nada de fácil. Algunos siguen considerando al chavismo como su gobierno, pese a no sentir ningún afecto por Maduro y padecer la alta inflación. Otros no se atreven a hablar por temor a perder sus empleos estatales o sus vidas. Las milicias chavistas provocan terror en los barrios.

Maduro dice que utilizará todas las armas a su disposición para calmar los disturbios. El hijo de un amigo venezolano me envió el viernes por la noche fotos desde Caracas que mostraban una acumulación de tropas en la base aérea Francisco de Miranda, en el centro de la capital. El alto mando venezolano respaldado por Cuba, la inteligencia cubana (los agentes de la isla abundan en Venezuela) y las milicias en ropa de civil van a jugar duro.

Por otra parte, el gobierno está en bancarrota y la escasez de alimentos y otros productos se intensificará. Puede que Maduro logre pacificar Caracas, pero los alimentos son más difíciles de encontrar en el interior del país que en la capital. Es justamente ahí donde las llamas de la rebelión, que se encienden por primera vez bajo el chavismo, podrían no ser controladas. Muchos oficiales del ejército provienen de familias de clase media baja y no está claro si se quedarán de brazos cruzados observando la masacre de grandes cantidades de civiles. Muchos de ellos resienten la ocupación cubana.

Los siguientes pasos son difíciles de predecir. Pero nadie debería subestimar la ventaja comparativa de Cuba: la represión.

 

INTERNACIONALES:

 

¿Cuánto se reduce el US Army?


Michael Cohen THE GUARDIAN



El Pentágono es capaz de mantener una gorda y extravagante fuerza militar aun  cuando los EE.UU. no enfrentan ninguna amenaza a su seguridad.

“Los planes de Hegel de achicar al US Army a su nivel más bajo desde antes de la 2daGM,” brilla en los titulares del New York Times. El Departamento de Defensa, “propone los mayores cortes al ejército en los últimos 75 años,” dice el Washington Post.

En el lenguaje superficial –las propuestas de reducción del fuerza activa del ejército entre 440.000 a 450.000 tropas- hace que el anuncio del Pentágono en su presupuesto quinquenal sea un evento histórico. Pero, solo es el universo alternativo de Washington DC se puede ver esta reducción de un pico en tiempos de guerra de 570.000 a uno de 450.000. Y, por su presupuesto, solo Washington puede decir junto con Dick Cheney que se está haciendo un gran daño al aparato militar. Es lo mismo que Dick Cheney, quien fue secretario de defensa que hizo un corte de los 770.000 de 1989 a los 572.000 en 1993.

Antes que reflexionar sobre los cambios en el ambiente de la seguridad global, la creciente obsolescencia de las guerras interestatales y la falta de interés en el país por nuevas aventuras militares, los cortes anunciados por Hagel son una indicación de otra cosa: la tenacidad de cómo el Pentágono en mantener una gorda y extravagante fuerza militar sin una amenaza a la seguridad concreta.

De hecho, lo que no dicen los titulares de los diarios es el contexto de esta decisión. Por ejemplo, “el más pequeño desde 1940” suena, en al superficie, como un paso atrás. ¿Si Neville Chamberlain[1] se levantara de su tumba y se convirtiera en presidente de los EE.UU. qué diría? Dejemos de lado que el tamaño del ejército en 1940 era de cerca de 270.000 y de 30.000 Marines, hay muchas cosas que hoy son diferentes respecto de 1940:

·        Los EE.UU., tienen armas nucleares.

·        Los EE.UU. tienen aviones y drones que pertenecen a una nueva fuerza, la USAF.

·        Los EE.UU. tienen satélites en órbita.

·        Los EE.UU. dominan los cielos, los mares y el espacio.

 

Entonces, los EE.UU. están en una posición mucho mejor que en 1940. Sin contar con que el mundo está mucho mejor hoy que hace 25 años atrás:

 

·        Existe la NATO.

·        La ONU existe y dicta las reglas para el uso apropiado de una fuerza militar.

·        Los EE.UU. tienen alianza militares con una docena de países.

·        En 1940, había solo un puñado de democracias en el mundo; hoy son 117. También hay una expansión de la prosperidad económica y de integración, con mejores niveles de vida en prácticamente todos los rincones del mundo.

COMENTARIO: El diario británico “The Guardian” es bien conocido por sus posturas de izquierda y cercanas a las del Partido Laborista. Recientemente, debió refutar acusaciones de antisemitismo y de favorecer opiniones pacifistas extremas. Pese a ello, goza de una buena reputación en sus análisis internacionales.

 

Rusia. Cuidado con Crimea!


Timothy Snyder (*) FOREIGN POLICY



Rusia parece haber hecho una mala apuesta en Ucrania. Su política exterior ha sido tácticamente ágil como siempre, pero estratégicamente floja. Era muy posible que Rusia sobornara, como lo hizo en noviembre, al entonces Presidente Viktor Yanukovych para que no se asociara con la Unión Europea. También, era posible que la promesa del crédito de U$ 15.000 fuera a cambio de la represión policial en Ucrania. Después de aceptar el dinero, Yanukovych ilegalmente forzó un paquete legislativo para acomodar las leyes ucranianas a las exigencias rusas de moderar la libertad de expresión y el derecho a la protesta. Inmediatamente después de que el Kremlin girara unos U$ 2.000 M del crédito prometido, fue que Yanukovych impartió la orden de disparar contra los manifestantes.

 

Pero, no todo salió de acuerdo con el plan. El objetivo estratégico de Moscú era incluir a Ucrania en la Unión Euroasiática. Esta institución, un rival de la Unión Europea, entrará en vigor en el 2015. Las perspectivas de miembros son: Rusia, Bielorrusia y Kazajstán, ninguno de las cuales brilla por sus condiciones democráticas. Putin ha dejado claro que para él la Unión Euroasiática no tiene sentido sin Ucrania. Sabe que el Imperio Ruso sin Ucrania no es nada. Pero, la Unión Eurasiática no puede tener miembros democráticos, en el que sus ciudadanos esparzan en Rusia sus peligrosas ideas. Por este motivo es que Ucrania no puede convertirse en una dictadura.


ÚLTIMO MOMENTO: Fuentes periodísticas locales reportan la presencia de unidades blindadas a rueda de la Federación Rusa en las afueras de Sebastopol, Crimea, Ucrania. También, hay rumores de movimientos militares rusos en los principales aeropuertos de Crimea. El embajador ucraniano ante la ONU ha solicitado la reunión del Consejo de Seguridad.

 

Levante y las teorías conspirativas.


Abdul Rahman Al-Rashed ASHARQ AL-AWSAT



Para algunas personas, el expresidente iraquí Saddam Hussein solo invadió Irán durante el gobierno del Ayatola Ruholla Khomeini porque le fue ordenado desde el exterior e invadió Kuwait después de recibir una luz verde por parte de la embajadora de los EE.UU. en Bagdad.

 

Otros argumentan que la revolución libia contra Muammar Gaddafi fue un acto de injerencia extranjera y que la expulsión del presidente egipcio, Hosni Mubarak, otra conspiración. Algunos piensan que la Hermandad Musulmana le hizo un favor a los EE.UU. porque así estaba planificado. La Hermandad piensa que el General egipcio Abdel-Fattah El-Sisi se volvió contra Occidente cuando descubrió estos planes.

 

Desde hace tres años, que el régimen sirio viene diciendo que Occidente está detrás de la revolución en su contra., mientras los rebeldes insisten en que hay una conspiración para aislar a la revolución para mantener al Presidente sirio Bashar Al-Assad en el poder.

 

Hace unos pocos días, mi colega Eyad Abu Shakra escribió un artículo diciendo que sabía de la existencia de varias conspiraciones en la región. Mi colega Eyad no está solo entre los que creen que en cada crisis hay una conspiración. Por décadas, ha sido una creencia común entre los intelectuales. Esta creencia se ha ido fortaleciendo con libros que se hiceron populares entre 1960 y 1970, como The Game of Nations de Miles Copeland.[2]

 

No niego totalmente a las conspiraciones porque existen en todos los países aparatos secretos que velan por sus intereses. Pero, hay una proliferación de teorías conspirativas en libros de historia modernos. Hay una gran confusión entre aprovechar los eventos para alterar su curso y su resultado y el disparar eventos por sí mismos. Por ejemplo, la caída del Sha de Irán en 1979 fue el resultado casi inevitable de las protestas en Teherán. Occidente prefirió apoyar al Ayatollah Khomeini entre sus competidores.

 

Enviarlo a Khomeini a Teherán vía aérea por Air France desde Paris fortaleció sus posibilidades frente a otros competidores de los partidos de la izquierda y de los nacionalistas. Pero, Khomeini ya era una figura relevante de la oposición. No fue una invención occidental.

 

En el mismo sentido, se puede argumentar respecto de las otras conspiraciones citadas. Una cosa es que alguien aprovechara sucesos en curso y, en alguna medida inevitable. Y otra muy distinta es que dispusiera de los medios para crear dichos eventos por sí mismos.


MISCELÁNEAS:

Presos: El nuevo cartel argentino.


Laura Etcharren blog



Desde hace tiempo y paulatinamente, tras los muros, se va gestando en Argentina, un nuevo Cartel.

Desde la cárcel, y con "salidas" conniventes con la Mala Policía que simula el rol de Guardia, siempre bajo el Simulacro Nacional y Popular de una absurda militancia progresista, se organizan con una estructura imposible de llevar adelante si no fuese con el amparo de los grupos de poder.

Es EL VATAYÓN. Una banda articulada que surge en el Penal de Ezeiza y que ya tiene células o pequeñas clicas en diferentes cárceles de todo el país.

Algo más sobre el nombre de América.


Alberto Buela EL INFORMADOR PUBLICO


Pasan los años y seguimos en esta lucha desigual por tratar de desmitificar el nombre espurio de latinoamericanos que nos han impuesto a los habitantes de la América no-sajona.

Una enorme cantidad de artículos llevamos escritos sobre el asunto, pero sólo han logrado ser una gota de tinta en el Río de la Plata. Los poderosos mass media, los intelectuales de renombre, los políticos famosos, la Iglesia, los marxistas y liberales, y todos aquellos que pueden hacer público y notorio su pensamiento hablan, invariablemente, sobre nosotros como “latinoamericanos”.

Es sabido que el nombre de América nos fue impuesto por los alemanes (1) en homenaje al italiano Américo Vespucio, a quien le atribuyeron el descubrimiento del continente. Lo que no es tan sabido, es el sentido etimológico del término América.

Así, en primer lugar hay que decir que se utiliza como femenino a semejanza de los otros continentes: Europa, Asia, África, Oceanía. Que proviene del germano Amal, nombre correspondiente al fundador de la familia real ostrogoda, que significa trabajo; y del sufijo rich o rik, que quiere decir, jefe, poderoso, mando.

Una etimología complementaria nos indica que Américo es equivalente a Aimerico, que viene del gótico hámis, que significa casa o morada, y del conocido rich o rik.

Por todo lo cual, podemos afirmar que América quiere decir, etimológicamente, “poderosa en el trabajo” o “la que manda en su casa”. Todo un significado sobre el que hemos ahondado en varias ocasiones y sobre el cual, gente de más talento debería profundizar.

Para desmentir la falsa designación de Latinoamérica hemos recordado su origen espurio, meramente ideológico. El concepto de latinidad es una creación ideológica de Michel Chevallier, el economista, consejero de Napoleón III, para intervenir con legitimidad en la América española.

Otro argumento al que hemos recurrido ha sido el de autoridad y así nos hemos en el prestigio y la fama de Jorge Luis Borges quien, parodiando a de Mestre, afirmó: He conocido argentinos, chilenos, brasileños y peruanos pero nunca a un latinoamericano.

Trajimos en nuestro apoya al máximo sociólogo brasileño, Helio Jaguaríbe, quien nos dice: Dejemos de hablar de ese vano concepto de Latinoamérica que como un universalismo más nos extraña por el nombre.

Citamos al profundo pensador rumano Ventila Horia: La guerra semántica se perdió desde el momento en que se los designa como latinoamericanos.

Y ahora encontramos esta joya que queremos poner en conocimiento del lector. En un libro editado en Buenos Aires en 1938 con el título de La tragedia ibérica, la editorial Imán y con un prólogo del poeta José Gabriel, miembro conspicuo de la Reforma universitaria del 18, el periodista, historiador y geógrafo portugués, Gonzalo de Reparaz (1860-1939), afirma: Los cultos de París que cacarean el alumbramiento de una raza latina en España y en América (a este huevo vacío le han hecho pasar el mar) se verían en gran aprieto si Catón resucitara después de haberse quejado hace más de 2000 años de que en su tiempo apenas quedaban latinos.

Italia y los italianos con esa sabiduría ancestral que trasmiten en sus juicios, solo reservan el nombre de latinos a los habitantes del Lacio, el resto son genoveses, calabreses, sicilianos et alii. Ningún italiano o descendiente de italianos habla de sí como “latino”, es un despropósito y un sin sentido. Lo mismo que ningún canadiense ni ningún haitiano se llama a sí mismo “latino”.

Algunos arguyen que nos debemos llamar latinos porque el castellano que hablamos deriva del latín. Un error aún más grave. El castellano deriva originalmente del osco según se cansaron de demostrar esos grandes lingüistas y filólogos españoles Antonio Tovar y Menéndez Pidal, de modo tal que mal nos podemos llamar latinos por la lengua.

Nosotros somos hispano o iberoamericanos. Si se quiere resaltar el aspecto indígena, también podemos, correctamente, denominarnos indoibéricos. Pero lo de latinoamericanos es un error por los cuatro costados. Es más, es una categoría político ideológica para extrañarnos ab ovo y así dominarnos desde el momento mismo que se nos nombra en forma errónea.

(1) El primero que lo hace es Mathias Ringmann en 1507, un tratado titulado Cosmographiae Introductio y el otro es el cartógrafo también alemán Martín Waldseemüller en su planisferio universal, también de 1507.


 




[1] Arthur Neville Chamberlain (1869/1940) fue un político conservador británico, Primer Ministro del Reino Unido entre el 28 de mayo de 1937 y el 10 de mayo de 1940. Es famoso por su política de apaciguamiento con respecto a la Alemania nazi y la Conferencia de Múnich de 1938. (N.T.)
 
[2] Miles Copeland Jr. fue un exagente de la CIA que publicó un libro en el cual denunció los manejos en relación a conspiraciones internacionales ocurridas entre 1950 y 1980. (N.T.)

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